TRUJILLO, (Perú), Tatiana Massiell Cordova Nuñez. Los descendientes de Víctor Larco Herrera, reconocido hacendado, político y filántropo liberteño, alzaron su voz para reclamar la titularidad de diversas propiedades en Huanchaco, entre las que se encuentran el muelle, la histórica Casona Larco, la comisaría y la sede municipal.
Según consta en el Archivo Regional y en Registros Públicos, en 1901 don Víctor Larco Herrera adquirió la Agencia de Aduanas Huanchaco, que incluía el mencionado muelle, construido por la empresa Acharán, Goicochea & Cía, en 1893.
A lo largo de los años, Larco Herrera también adquirió diversas propiedades en la zona, convirtiéndose en un benefactor para la comunidad de Huanchaco.
Lamentablemente, tras su fallecimiento en 1939, sus descendientes no lograron ponerse de acuerdo y las propiedades quedaron abandonadas. Desde entonces, las autoridades locales han hecho uso de las mismas de manera irregular, llegando incluso a convertir la Casona Larco en una letrina pública.
En 1986, la Casona Larco fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, sin embargo, esto no ha impedido que las autoridades regionales y municipales interfieran en su uso y conservación. En 2013, el Gobierno Regional de la Libertad autorizó al municipio de Huanchaco a hacer uso de la casona para diversos fines, desconociendo los derechos de los herederos de Larco Herrera.
Los herederos de Víctor Larco Herrera exigen que se reconozcan sus derechos como legítimos propietarios de estas históricas propiedades en Huanchaco, y que se respete su legado y la memoria de su ilustre antecesor. La lucha por recuperar estas propiedades continúa, en medio de la controversia y la resistencia por parte de las autoridades locales.
